Unos horarios más racionales para vivir mejor

Una mejor conciliación entre trabajo y familia, más productividad en las empresas, un mayor rendimiento escolar… La Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) trabaja para concienciar sobre la calidad de vida que ganaríamos los españoles si nuestro horario fuera más racional y se adaptase al europeo. Según la ARHOE, el horario español debería guiarse por el horario solar correspondiente al meridiano de Greenwich y no por el de Berlín, como ocurre ahora.

Entremos en la máquina del tiempo y viajemos un siglo atrás. Por aquel entonces nuestros horarios eran muy similares a los europeos. Se comía entre las doce y la una del mediodía y se cenaba entre los siete y las ocho de la tarde. ¿Y qué cambió después? En nuestro país, entramos en unas décadas de dificultades económicas, de sacrificios y penurias, lo que trajo como consecuencia el pluriempleo. Los hombres trabajaban una jornada por la mañana y luego tenían otro cometido por la tarde o hacían horas extra. La pausa del mediodía se tuvo que alargar para permitir un cierto descanso.

La esposa trabajaba tanto o más que el marido en casa, puesto que no había lavadoras ni lavavajillas ni otros electrodomésticos tan habituales hoy, con lo cual la mujer tenía que hacer un verdadero esfuerzo. Las familias solían ser de entre tres y cinco hijos y se apostó por el reparto de papeles. Con un solo sueldo, no se podía vivir y así el hombre fue alargando la jornada de trabajo. Las cosas no cambiaron con la incorporación de la mujer al mercado laboral. La consecuencia de todo ello es que nuestros hábitos son muy distintos a los del resto del continente.

Para la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles, pueden haber muchos horarios dependiendo de la actividad económica. Su recomendación es salir bien desayunados de casa y empezar la jornada entre las 7:30 y las 9:00, con flexibilidad de entrada y de salida, y finalizarla entre las 16:30 y las 18:00 horas. Se trabajarían entre 7 u 8 horas, contando una pausa de 45 minutos para la comida.

Con unos horarios así y por citar sólo algunas ventajas, las personas tendrían más tiempo para sus aficiones y quehaceres, para estar con la pareja y con la familia, dormirían más horas y se sentirían más felices. En el ámbito empresarial, eso se traduciría en una mayor motivación, más productividad, un menor absentismo y menos accidentes laborales. Los estudiantes también rendirían más, puesto que habrían disfrutado de más horas de sueño.

La racionalización de los horarios implicaría un gran cambio en toda la sociedad y a todos los niveles. Nos tendríamos que adaptar a unos nuevos horarios de las administraciones públicas y de los comercios. También tendrían que cambiar los horarios de la televisión, ya que hoy en día los programas prime time terminan alrededor de media noche. Y tú, ¿qué opinas? ¿Crees que el cambio que propone la ARHOE es viable? ¿Estás content@ con tus actuales horarios?