El crudiveganismo

El crudiveganismo es un estilo de alimentación y dieta basada en vegetales y frutas crudas. Derivado del veganismo, el crudiveganismo rechaza todo aquel alimento que ha sido procesado, y/o cocinado. Se trata de una dieta exclusivamente vegana, no lácteos y nada que provenga de ningún animal. Hecha un vistazo al artículo que escribimos sobre el raw food y los alimentos sin cocinar que te explicamos hace unos meses.

 

Un estilo de vida para muchos

Sobre todo, en Estados Unidos, es el lugar donde más adeptos tiene este modo de ver y vivir la vida. El veganismo se basa en la abstinencia del uso de cualquier producto de origen animal, tanto en la dieta como en productos de su día a día (cosméticos, ropa, medicamentos, etc.)

La Unión Vegetariana Internacional sostiene que: «el veganismo puede definirse como una forma de vida que busca excluir, en la medida de lo posible y práctico, todas las formas de explotación y crueldad con los animales para la alimentación, la vestimenta , o cualquier otro propósito. En términos dietéticos, se refiere a la práctica de dispensar todos los productos animales, incluyendo carne, pescado, aves, huevos, leches de animales, miel y sus derivados «.

Así que, el crudiveganismo es una variante del veganismo que concluye en el no cocinado de los alimentos que se ingieren. Por lo que solamente comen vegetales crudos y de ahí su nombre.

¿Por qué elegir el crudiveganismo?

Los adeptos a este estilo de vida siguen los mismos argumentos que los veganos, ya que comparten las mismas bases principales:

Se caracterizan por su posición política en contra del maltrato animal y la denuncia del consumo excesivo de alimento animal.

Por cuestiones de contaminación. Para criar ganado en una granja se necesita una gran cantidad de recursos como agua, tierra y combustibles fósiles. Además, las granjas son grandes productoras de metano que contamina el aire.

Aportar un granito de arena a la erradicación del hambre en el mundo mediante un consumo y un uso más eficiente de los recursos alimenticios de la Tierra.

Por lo tanto, no sólo se trata de no comer nada que provenga de un animal, sino de vestirse sin pieles, evitar los cosméticos que hagan pruebas con animales, aquellos productos de belleza que contengan cualquier ingrediente de origen animal.

Alimentación viva

Todas las frutas y verduras de origen orgánico están permitidas, eso sí, siempre crudas, nunca cocinadas, como mucho calentadas a un máximo de 42ºC. También son aptas las semillas, algas y frutos secos ecológicos libres de pesticidas y, por supuesto, de transgénicos. Agua de manantiales (no envasada). Quedan excluidas todas las bebidas alcohólicas, refrescos, cereales procesados, lácteos, huevos…etc. Además de cualquier prenda de ropa que contenga piel, cuero o derivados de animales, cosméticos y productos que hayan pasado por pruebas con animales y/o contengan ingredientes de origen animal.

Igual que cualquier tipo de dieta que pretendas seguir, se trata de una forma nueva de comer que debe estar muy controlada y te debe seguir un especialista.

 

No te obsesiones con las dietas

Muchas son las tendencias en dietas que salen a diario a la luz. Algunas de ellas se siguen porque las promocionan algunas celebrities, influencers y personalidades de renombre. Otras se siguen porque son tendencia en algunos círculos en los que nos solemos mover, como las dietas detox, fit, alcalina, vegetariana o keto entre otras muchas. Unas ofrecen el protagonismo a las proteínas, otras a los vegetales, otras a las frutas, otras al agua… Pero la base común de todas es cuidarse, tener una apariencia saludable y joven al máximo exponente posible. Lo que sabemos es que todos los excesos son malos y vivir en una eterna dieta puede traer consecuencias negativas para tu organismo y tu psique si no sabes dejar un margen para la flexibilidad.

Aquellas personas que se aventuran de forma muy predeterminada en un plan de pérdida de peso puede resultar casi obsesivo escucharles hablar de: alimentos prohibidos, cantidades muy reducidas, ayunos, pocas comidas al día, mucho deporte, mucha agua… Y ahí es cuando la obsesión toma el papel protagonista y el cuerpo no sabe manejar esa situación de estrés al que se le somete de repente. De 0 a 100 nunca conseguiremos los resultados a largo plazo y durareros que se pueden obtener paulatinamente realizando paso a paso un incremento y/o disminución de cantidades, macronutrientes, ejercicio…etc.

Lo mejor es el equilibrio y la flexibilidad en todo lo que hagas y te propongas. Siempre hay que dejar un espacio a la flexibilidad, tu cuerpo sabe defenderse y para él tampoco es bueno someterlo a dietas tan estrictas de un día para otro. Si quieres empezar un nuevo plan de dietas hazlo de forma progresiva y paulatina, ve incrementando/disminuyendo los alimentos y ve adaptando los macronutrientes semana a semana.